sábado, 8 de junio de 2013

Los favoritos fueron contundentes campeones

Las secuencias podrían estar desordenadas por caprichos de la tecnología pero, lo que Clásico Nuestro vio, con el único compromiso de la amistad, está en estas fotografías dedicadas a todos los muchachos que participaron en el Torneo Alberto Grenón, auspiciado por Arena y Cía.


Alas 20 comenzaron a llegar los "player vetes" para calentar los tientos, Andrés el "Boga" Marcuzzi fue uno de los tempraneros, y esto le dio ventaja a la hora de los bifes. El "Piojo" Wellig hizo dupla para masticar la malla por si las moscas.

 Por acá andamos en la acción directa con uno de los primeros tiros desde la bocha.

 Debajo de los cristales estaba el juego interesante de los primeros pasos, nadie perdía la huella de nadie y en el ataque y la puntería radicaba la sorpresa y por ende la supremacía.

 Dientes apretados y caras de ogro, Chiaro, Andrés y un azurra en la disputa, que no es lo mismo que diez p...
 Volvemos pa' trás y en la previa tratando de sacar la presión y mientras tanto había corrillos de buseca y los que apuraban el tránsito con sus ollas respectivas para que no se enfriara el menú tradicional de las instituciones.

 El "ricotero" salió con sus porciones en una brillante olla inoxidable y unos trancos atrás, la eterna Raquél madre de los "Pascalitos".

 Carlitos y su nena posando con la simpatía que los caracteriza, un amigo, Mr. Manfrei de Martina Distribuciones. El pivot miró desde la platea, eliminado con su equipo, Seguros Norte en semifinales.

 Venturini "Supernafta" y el Seba Faure, cuando la sonrisa todavía era presunción de triunfo. Perder no fue un forúnculo en la naríz, solamente un trago amargo que seguro se pasó con unos cuántos lisos del barril de cierre.
 Villacorta, "Aquariomen", era un proyecto estratégico para Isoft, pero el hombre del agua y los peces no tuvo al final de cuentas el "pique" suficiente para dar vuelta la historia tejida por el Sponsor Jorge Marcuzzi.
 Pablito Fasbhender a la hora de vestirse de jugador, el profe siempre cumplió, sin lucir, una herramienta lógica.
El hijo del gallego Estévez con su pinta de basquetbolero, el negro apuesta fichas para su bebe, también en la fiesta de los veteranos.  
 "Yo también la muevo" decía el barbado antes de la apertura, y se lo vio batallador en las refriegas más fuleras cuando le tocó estar en el flotante.
 Muchos creían que Chiaro no sería de la partida debido a la lesión de rodilla en un partido anterior cuando debió ser asistido y retirado de la cancha. había sido un susto y no se iba a perder la vuelta olímpica.
 Este la sabe lunga y fue difícil ponerle freno y también bozal, cuando se desbocaba. Al salir para colgar el material en el blog, me dijo, "después de esto me retiro", y pensé, sería una pena perder un loco lindo como Andrés, ¡seguí jugando valor!
 El Mati Mathieu, ratificó lo que sabe y las ganas que pone de arranque y hasta que las velas arden. Siempre sonriendo y arriesgando tiros, la mayoría chasqueando la malla, un pibe fenómeno.

 Alegre, su apellido y su rostro. Un fogonero, o un obrero, como se dice en la jerga, de los que no deslumbran pero hacen el laburo sucio para que los asistidos se luzcan en las definiciones. 
 El caudillo Mauricio Caussi, afuera con todo el elenco de La Ramada. Alguien me contó que lo escracharon por su enjundia y sangre caliente dentro de la cancha. Me pregunté bastante esta incongruencia, pues yo creo haber sido el único cronista que recogió lo sucedido en casi todas las fechas, y a pesar de esto, dijeron cosas que seguro no han visto. Quienes no consideran el sentido estricto de estos juegos amistosos, no pueden opinar ni siquiera leyendo las referencias humorísticas vertidas por otros, en este caso, quien suscribe. 
 Correnti, me alegro haber conocido un tipo con buena onda, el sosías de Javier Blaya, el roquero de San Martín, líder de la banda Sorry.
 El negro Roy y Diego Estévez junto a la esposa del Gringo Alberto Grenón y su hijo, que asistieron al cierre del torneo en su homenaje. 
 Uno de los Marcuzzi, hijo de Jorge, firme en su accionar a la hora de poner el cuero, fue de menos a más siempre. Abajo el férreo Collins, triplero por excelencia, no titubeó ni le tembló el pulso cuando miró y violó la canasta (perdón por la figura)

 Maestri, nunca le esquivó al bulto, de lado de los rosaditos, igual que el chico de la imagen siguiente, sin deslumbrar, pero dispuestos para el sacrificio, expresión que también vale en estos niveles, ¿por qué no?

 Este chico no le fue en zaga a nadie, constantemente al frente sin arrugar y con la mente fija en el poste rival, pero no se dio la suerte o las justas decisiones para su equipo, los Isoft.
 Lucas Cechini, por momento parecía que sus dorsales y músculos podrían romper el maleficio de los "favoritos", pero ni el gran Leo pudo torcer la historia.
 "Las tengo así de grandes", parece decir el Polaco Engler, otro procer que intentó todo y se convirtió en la carta casi principal, pero esta vez el príncipe encantado falló a la cita, hizo lo que pudo, pero faltaba mucho más.
 Todos juntos, los protagonistas finales, los árbitros que cumplieron una labor encomiable, y sacaron a flote algunas situaciones complicadas en más de una oportunidad desde las primeras fechas. Roy, Bene, Cabe y Diego.


 Así se jugó de principio a fin, sin dejar nada librado al azar, en cada salto y en cada bola a disputar.
 La mirada atenta del "Fiche", inflexible con sus fallos, ni Oyarbide lo hubiera sacado de sus apreciaciones.


 El sponsor "Segurola" en los tiempos muertos no perdía detalles de la arenga para la plantilla que se mostró homogénea como nunca, sin fisuras, incluso cuando el tanteador corría riesgos por los embates azurra.


 Muñeco al suelo, el flaco tuvo antes de esta caída un golpe en su rodilla que atentó con dejarlo fuera antes del pitazo final, pero las ganas de revertir los números adversos lo pusieron de pie hasta que terminó todo. 



 Leo y las instrucciones para atravesar el atolladero a que se veían sometidos, el resto de tiempo ameritaba un esfuerzo extra. 
 Un representante de Arena y Cía, el hijo de Benito Quinen, se lo vio presenciando el final de fiesta. La distancia máxima de Seguros Marcuzzi acentuada por los yerros de Isoft y la puntería "odiosa" de los rosaditos, había llegado a diez.

 Y aquí ya nada podía suceder más que darse la mano y un abrazo. Así fue y la alegría pasaría rato más tarde por un generoso barril y las anécdotas lógicas de tantos partidos jugados en el Nido.

 Y saltaron los amigos y no hubo nada que enturbiara el entusiasmo de haber ganado, una euforia linda, sana, donde los golpes y cualquier enojo se esfumaría hasta la próxima vez.



 El hijo del gringo Grenón entregando el trofeo, cuando seguro el alma del Alberto se metía en el sudor del gimnasio, en los gritos, en el retumbo del parqué, desde los ojos de su niño grande.


 Las fotos clásicas con el trofeo, y los chicos que seguro tenían a sus papis ahí, sus héroes, un abrazo para ellos, muy merecido por cierto. 





 El Bene y el hijo de Diego Estévez, los ánimos desenvueltos, para no decir distendidos, que aparenta cosa mucho más seria. Un gusto haber acompañado el torneo, a título personal.
 El presidente de Almagro y Rodrigo Schmidt junto a la esposa de Alberto Grenón y su hijo, en un aplauso a la memoria del jugador reconocido por sus pares y amigos.



 Néstor Beneventano brindó una emotiva semblanza sobre Grenón, de su paso por el club de Alberdi y Pueyrredón, que concitó la atención respetuosa del público, jugadores y dirigentes. 


Para todos los que protagonizaron una propuesta deportiva amateur que sigue sumando afectos, porque esa es la cuestión, vaya un sincero abrazo de fraternidad.  

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