viernes, 29 de marzo de 2013

la pelota desinflada



 El estante estaba lejos de ser un sitial de honor para ella. Pero allí estaba esa pelota de cuero rústico por su uso y antigüedad, que en su momento fuera un maravilloso trofeo. Muy pocos en el club se acercan por estos días a evocar aquél recuerdo tan querido, que para mí, sigue impregnando a esa herramienta futbolera. Hacía dos décadas que un cuadro voluntarioso y con algunos talentos, consiguió un campeonato largamente perseguido. Podría pintar el instante en que el referí pitó señalando el centro de la cancha, para que segundos después el descontrol de una alegría ausente explotara desde las entrañas del tejido olímpico. A veces intuyo que el éxito se extingue tan  pronto como los laureles beben la sequedad del olvido.
Esta pelota es fiel testigo de mi pensamiento, ella, un símbolo de esfuerzo común, ahora sin aire, ajada y opaca, cubierta por el polvo que nadie le quita de encima, aunque sea en actitud de agradecimiento.
La tomé entre mis manos y la sentí viva, resplandeciente y dócil, llena de vibraciones recogidas en aquél momento de gloria del cual emergía como si tuviera vida propia. Y ya no fue la pelota abandonada que tampoco era observada como si fuera un trasto inservible. Su circunferencia había recuperado lozanía, estaba fresca y saltarina, lista para entrar al área mediante un centro bien ejecutado que incomodara a cualquier defensa.
Yo estuve ese domingo en la tribuna, y vi al autor del gol que nos dio el triunfo, llevarse esta número cinco del histórico hecho, apretada contra su pecho otorgándose propiedad de la redonda.
Pasados los años el destino dispuso la  hipocresía del revés y la historia quedó lejos, arrumbada como el esférico que hoy pretendo reivindicar.
No miré alrededor cuando desde el salón fui acompañando a la pelota, íbamos rumbo  al campo de juego que al vernos, distinguió nuestro romance asociando su quietud fabulosa. Mi amiga, la pelota, recorrió palmo a palmo todos los rincones de la cancha. Entró y salió de las zonas donde el peligro tiene significado y traducción de gol.  Esquivó a los adversarios de su último partido una y otra vez, hasta que revivió al fin su contacto vital y estremecedor con la red, habiendo burlado al arquero.
Desde mi lugar en la tribuna miré la escena extasiado en una suerte de embrujo que de pronto, me abrazó engalanando el instante de cantos, gritos, sudor, trapos y sentimientos.
Solo entonces cerré los ojos, y por que ya tenía el alma dispuesta, dejé que las imágenes de aquellas emociones del pasado, hicieran su noble trabajo.
                                          
                                                  Texto y foto de José López Romero

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